AJimmy Wales, fundador de la Wikipedia, no le gusta demasiado lo que sucede alrededor de Twitter, la web de publicación instantánea de mensajes cortos. Y si bien la enciclopedia on line también es el resultado de una era marcada por la inmediatez, considera que Twitter estrecha los márgenes del análisis. «Soy partidario del lento proceso reflexivo. Por eso estoy preocupado por la televisión y por Twitter, que avanzan muy rápido», declaró Wales al diario chileno El Mercurio. «Creo que Twitter puede estar extremadamente equivocado sin un grado de reflexión meditada que lo acompañe», añadió Wales, que lamentó que esa carencia a veces también alcanza a la prensa escrita.

A pesar de las críticas, elogió el papel jugado por la red social a la hora de informar sobre la guerra de Irak y la represión política que se ha vivido en Irán. «Ha sido una herramienta asombrosa», admitió.
Wales fue una de las estrellas de la Wikimania 2009, que se celebró la semana pasada en Buenos Aires. La capital argentina albergó a buena parte de los partícipes más destacados del gran proyecto librepensador de carácter universalista. «La Wikipedia ayudó a la democratización del conocimiento», dijo durante su conferencia ante especialistas, hackers y curiosos en uno de los teatros más importantes de la ciudad.

ALTRUISMO Wales recalcó uno de los trasfondos morales de la Wikipedia: los miles de voluntarios que mantienen vivo el proyecto asociativo más importante de la red no lo hacen motivados por el dinero. «Tener un propósito por el que uno siente útil, significativo... Eso moviliza», subrayó.
La reunión de Buenos Aires sirvió para discutir cuestiones referentes a la merma en las colaboraciones y el control de los contenidos de la enciclopedia on line. Respecto de lo segundo, Wales afirmó rotundo que los que tratan de hacerle daño son una minoría. Wikimania 2009 también contó con la entusiasta participación de Richard Stallman, el gurú del software libre. «Windows no es nuestro enemigo, pero es malévolo», predicó. Según Stallman, los usuarios de Microsoft viven con una suerte de «esposas digitales» y se les obliga a respetar contratos que le impiden compartir las aplicaciones de interés o ayudar a otros.
«Esto provoca un dilema: ¿dejo de tener amigos o niego los términos del software propietario?», se preguntó. Muchos quisieron saber su opinión sobre la piratería. «Atacar barcos es malo, pero ayudar al prójimo es bueno», dijo, y se ganó uno de las grandes ovaciones del encuentro. Tras los aplausos, señaló que el mejor camino para resolver las cuestiones de propiedad intelectual es el uso del software libre.

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